sábado, 29 de enero de 2011

Buena puntería


El primero en caer fue el conejo azul. Unos segundos después, la víctima era el pato. Más tarde, vi caer con horror al cerdo, mi compañero y amigo. El siguiente era yo.
Aterrorizado busqué al culpable de la masacre: estaba sólo a un par de metros y sonreía.
Oí el disparo que tenía mi nombre pero… permanecí en el sitio. ¡El asesino había fallado!
Cuando el mecanismo que me mueve me devolvió a la calle, lo vi por última vez en mi vida. Llevaba en los brazos uno de los premios que se entregan a aquellos que tienen buena puntería. Llevaba en los brazos a la muñeca Chochona, mi novia.

9 comentarios:

  1. Jeje amores fugaces en el tiro.
    Un abrazo.

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  2. No hay nadie más vil que estos francotiradores de lo cotidiano: rompen las esperanzas y los amores.

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  3. La maravilla de la literatura...dejarnos saber qué sienten los pobres muñecos de feria, no tenemos límites a la hora de crear :)

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  4. me encanta la focalización!! y hssta puedo visualizar la sonrisa ufana del tirador mientras orgulloso se aleja con su trofeo ante el desconcierto total y la pena más absoluta del 'noviecito'. clap clap clap

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  5. Muchas gracias por los comentarios y las puntuaciones.
    En cuanto al texto, nunca tuve buena puntería asi que espero no haber roto el corazón de algún pobre muñeco.
    Gracias y un beso.

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  6. Luisa, yo tampco tengo buena puntería, así que he podido leer tu micro sin complejo de culpa ja já.
    Un abrazo

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  7. Pobrecitoooooo :(
    es muy bueno

    saludos

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  8. Nunca sabemos hasta donde pueden llegar las consecuencias de nuestros actos...

    Un abrazo sin peligro de fallo

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  9. En cualquier momento nos ponen en la mira, si por guerroso o par pacifista.

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