lunes, 13 de diciembre de 2010

La Mascota

¡Insistieron tanto que les di el permiso que querían para comprar una mascota!
Y allí fueron, padre e hijo de la mano, felices e ilusionados.
Pensé que traerían un perro o un gato, hasta un perico esperaba... ¡pero no esto!
Cada vez que mi hijo se acerca con la caja vidriada para mostrarme como duerme, come o se mueve; una sístole se detiene, la diástole me suena aflautada y el corazón me queda chueco.
Desde ese día tengo sueños recurrentes: me despierto con la mascota en la cara y la mano me queda chica para aplastarla, quedando luego, sólo un manojo de patas.

8 comentarios:

  1. Da gracias que no te trajeron una mamba.

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  2. Pufff, a mi me pasaría lo mismo!!! Eso por no preguntar ¿qué mascota?
    Un abrazo

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  3. Mamás del mundo: pregunten al nene cuál mascota tiene en mente.

    Sin dudas este micro tiene tu sello amiga.

    Un beso.

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  4. Terrible el momento mascota. Altamente descriptivo. Perfecto

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  5. Hay gustos para todo, y los niños son bastante retorcidos. Aunque las tarántulas son bonitas, ¿no?
    Un beso, escarcha.

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  6. Vaya, tan sólo de imaginar esas sensaciones veo que eres una madre valiente.
    Saludos.

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  7. Arañita peluda y grande?
    Antes muerta que sencilla jajaja.
    Bicos.

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