El león quiso demostrar que él era, no solo el amo de la selva, sino también de todo el planeta. Un día reunió a la prensa y a todos los cuadrúpedos bestiales, y les dijo:
─Voy a subir la gran montaña. Seré el primer animal terrestre en hacerlo.
Buscó mapas, calculó ángulos, y se marchó.
Luego de veinticuatro horas , alcanzó la cima.
Satisfecho por haberlo logrado, se durmió. De pronto, escuchó una vocecita:
─¡Bienvenido a la cima del mundo!
Al incrédulo león le dio un infarto y expiró.
La hormiguita le pasó por encima.
La hormiguita le pasó por encima.
Clara muestra de la relatividad, y de que al morir perdemos facultades.
ResponderEliminarEs que no somos nada :S Benditas hormigas, menos mal que murió el pobre león, porque sino...que pena con la prensa :S Genial Señor Héctor. Diez y medio :)
ResponderEliminarHay miedos interiores, y los hay que te pasan por encima...
ResponderEliminarY con esto queda demostrada una vez más la teoría de la relatividad.
Un abrazo Hector
Todo es relativo y sobretodo hay que ser más humilde.
ResponderEliminarUn saludo indio
Y seguro que la hormiguita, en vez de dormir, estaba trabajando...
ResponderEliminarMenuda lección !
Genial Héctor,
besos
Abrazos, amigos/as.
ResponderEliminarMe encontó este post Héctor ¿Llego tarde para los abrazos?
ResponderEliminarjajaja viva la hormiga!!!
ResponderEliminarSaludillos
Ains, que no somos nada..
ResponderEliminarHéctor, genial.
Buen micro Héctor. ¿Dónde está la grandeza?
ResponderEliminarUn abrazo.