domingo, 21 de noviembre de 2010

LA PAREJA IDEAL

Ella era una reina de la comedia. Él un brillante cirujano plástico. Tras décadas juntos no lograban armonizar. Ella se refería a él como el carnicero. Él reía feliz de ser el blanco de sus chistes. Maravillosa. Reina del sarcasmo y la ironía. Temible. El publico adoraba ser insultado por ella.
El problema era en casa. Siempre distantes. Siempre agotados por sus deberes. Él intentaba lograr algún acercamiento cariñoso, solo para recibir un revés verbal no solo irrefutable sino con una carga de ingenio que tenía que reír. Y llegó el día del accidente de ella en el coche haciendo la escena en la filmación.
Los técnicos la sacaron bañada en sangre y ella gritó --- ¡ Llévenme al carnicero, que ésta cara no hay nadie más que me la pueda arreglar!---
En el quirófano el ejecutó su arte ciencia magistralmente. No quedó huella alguna en el rostro de su amada. Para la recuperación se fueron a Bahamas. En aquella playa solitaria ella podría convalecer.
De cualquier manera no le sería posible regresar al espectáculo hasta que el le quitara las costuras que mantenían sus labios sellados por dos semanas más. Así el podía también aprovechar decirle tantas cosas dulces sin que ella le contestara en absoluto. Lo que nunca le reveló es que el cosido de la boca no era necesario.

8 comentarios:

  1. Ja já ¿Dónde está ahora el Cirujano? Conozco a mas de uno que le anda haciendo falta.

    Muy bueno Carlos

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  2. Muy bueno, Carlos. Siempre me han encantado tu buen humor y tu mala leche.

    Un abrazo sin mordaza.

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  3. Solo añora al carnicero cuando lo necesita... Me encanta la venganza del cirujano, aunque no entiendo que le diga cosas bonitas. No se las merece

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  4. Y no estaría mejor...mudita? :) vamos, digo yo!

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  5. Gracias por su visita a éste breve recorrido por vidas situadas en los extremos neuróticos y productivos que intentan recuperar la felicidad.
    Ojalá que le sirva a alguien para cavilar acerca de la administración del tiempo.
    Aunque muchas veces se llega a la grandeza por el camino de la obsesión, también se llega a la soledad.

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  6. Al menos le sirvió para aprender a escuchar. Me ha encantado, un 10!

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