La nada, pero la nada de nada.
Oye que no hay nadie. Hasta los grillos se han callado. Solamente falta la banda sonora de Ennio Morricone y la bolas del desierto yendo de allá para acá arrastradas por el viento. Se han ido todos, han desaparecido y me he quedado solo...
¡Siempre que encuentro un buen escondite llaman las madres!
bicefalepena
Mama nunca te deja solo!
ResponderEliminarA mi ésto me parece como un recuerdo que muchos hemos vivido.
ResponderEliminar¡Qué cultivado el niño!
ResponderEliminarMe ha gustado y sorprendido.
Un abrazo.
Me puedo llegar a imaginar tantas escenas interesantes hasta que llega el sonido de la llamada de la madre. . .
ResponderEliminar