No importa el silencio, ni la distancia, ni si es de noche o de día.
No importa la hora, ni el día de la semana, ni el mes, ni siquiera el año.
No importa porque tu no sabes, pero yo sí sé que tú estás ahí, siempre ahí.
Y serás mi sueño, hasta ese momento en que me tropiece contigo en la calle y no haya distancias, y nuestras miradas se crucen, y nuestros cuerpos se rocen, y nuestros oídos se escuchen.
Ese día ya no serás mi sueño, ese día será realidad... y cambiaré de piso, buscando otra ventana donde ella esté ahí, sin saber que yo la miro
Carmela
Carmeeelaaa. Que dulzura de verso. Que canto a la añoranza.
ResponderEliminarBiquiños.
Sí, los hay que prefieren ser voyeristas, y eso hay que respetarlo; es otro estilo de vivir. Muy bien.
ResponderEliminarHay quien prefiere soñar antes que correr el riesgo con la realidad
ResponderEliminarSaludos cordiales