De cómo se conocieron, no tengo ni idea, y seguro que ni ellos la tienen tampoco. Desde siempre se recordaban uno al lado del otro, corriendo de aquí para allá, buscando y compartiendo la comida que encontraban.
Tupi y Sus, que así se llamaban estos ratoncitos, eran uña y carne.
Un día, ya perdido en los calendarios, Tupi encontró un botón. ¡Qué hallazgo tan tontín! Ya que éste era un objeto completamente inútil para alguien que no tiene ropa que abrochar, ni se puede comer, ni se le ocurría qué hacer con él. Vamos que no sirve para nada.
Para librarse tremendo objeto, no tuvo otra ocurrencia que atárselo al rabo a Sus mientras dormía, y como no tenía cordón, ni lazo de ratita presumida con qué hacerlo, se lo pegó con un esparadrapo. Con tan mala suerte que fue ya imposible despegarlo y tuvo que aguantar con él pegado.
Todo podía haber quedado en una broma, un tanto pesada, pero todos se lo recordaban continuamente, y eso que en realidad no era ni suyo el botón, ni tan siquiera se lo había pegado él.
Sus y Tupi terminaron cada uno por su lado. Sus por razones más que evidentes estaba continuamente enfadado y callado y Tupi porque su compañero de fatigas no podía seguir su ritmo, ni podía correr, ni quería jugar con él.
Hasta donde puedo recordar, Sus cargó con ese inútil botón, al que por una broma pesada quedó unido de por vida.
¡Anda!, siempre se me olvida que no todo el mundo conoce el ratueco. En este antiguo idioma, botón quiere decir, culpa.
bicefalepena
Pues si, para poco sirve la culpa que encontramos, y la ajena ni te cuento
ResponderEliminarMuy bonito cuento!
Un beso
Muy útil para mí la aclaración ¡Precioso cuento!
ResponderEliminarAy, con las culpas que nos pegan...
Profundas se tornan las dimensiones de variedad de culpas que pueda uno cargar, algunas voluntarias y otras no.
ResponderEliminarIncita a cavilar,muy bueno.
Muchas gracias por el relato y a quien me lo sugirió. En efecto hay culpas reales o sea, eres responsable de algo, eso ocurrió por tu acción. Otra cosa es como gestionemos esa culpa: seguir pegados a ella o buscar un buen disolvente para el pegamento, es cosa de cada uno.
ResponderEliminarUn abrazo.