Se había cumplido su máximo sueño de actor.Le habían dado el papel protagónico donde interpretaba a el campeón mundial de boxeo en el mejor teatro.Ahora les demostraría a todos lo que es un gran campeón.
El día del estreno comenzó a agarrar al público a puñetazos.
¡JAJAJAJAJA! Veo que seguiste tu propia sugerencia que escribiste en los comentarios a mi relato. jeje :]
ResponderEliminar¡mUCHos salUCHos! :]
Así es .
ResponderEliminarA veces al escribir un comentario se genera la inspiración para un relato.
De cualquier forma insisto que sería un espectáculo interesante en éstos tiempos tan violentos poner en escena una obra donde los actores pudieran darle aunque sea una buena entrada de cachetadas al público.
Es evidente que el boxeador te andaba rondando. Tu relato es un buen ejemplo de lo que pasa cuando uno aparenta ser lo que no es.
ResponderEliminarjajjajajaja
ResponderEliminarMe gustó Carlos, no me esperaba ese final. Buenísimo.
Un saludo indio
Me privilegian todos ustedes con sus visitas,ya que soy admirador de sus relatos.
ResponderEliminarY a Maite te hago saber que no está muy distante el deseo de un actor (aunque lo reprima claro), de vapulear al público,especialmente en el teatro donde los espectadores creen que el precio de un boleto les dá derecho a hacer ruido comiendo palomitas y otras golosinas,dar voces y pláticas cuando no gritarle alguna agresión a los actores.
En cuanto al box,siempre ha sido de mis deportes favoritos,incluso llegué a practicarlo como aficionado con buena fortuna de no salir demasiado golpeado,ahora solo lo veo por tele, pero queda en mis relatos como un tema constante, el box. Al igual que muchas diciplinas nos deja interesantes lecciones de vida.
Un cariñoso abrazo a todos.
Está muy bueno el cuento, excelente idea y desarrollo!.
ResponderEliminarExcelente interpretación la suya y excelente micro el tuyo.
ResponderEliminarUn biquiño maestro.