Cuando vió que le aparecieron ruedas de patines bajo los pies,decidió ir a ver al brujo y pedirle disculpas por haber estado practicando hechizos de vudú a un muñequito con su semenjanza.
Pero algo requería su atención más inmediata.
Y era que la velocidad que aumentaba en el descenso lo llevaba directo hacia el acantilado.
Muy bueno. Saludos Carlos
ResponderEliminarGracias Isabel,tu comentario lo valoro por millones.
ResponderEliminarMe ha gustado, Carlos. Tiene algo de construcción infantil, con los patines, el acantilado... y por otro lado de adulto, con el vudú, las disculpas...
ResponderEliminarUn saludo.
P.
Genial.
ResponderEliminarUn abrazo.