Martín R.Huerta fué el mejor gerente que tuvo el céntrico hotel en toda su historia.
Al cliente lo que pida.
Igual se levantaba a mitad de la noche y él mismo preparaba una cena a los trasnochados que regresaban del cierre de los bares.
Localizaba productos y servicios confiables a quien los necesitara.
Era el rey de la todología.
No siempre fué así. Todo surgió de un hecho oscuro. Cuando en su pasado se dedicaba a la estafa.
En un apuro económico arregló venderse como esclavo a unos tratantes chinos.
Cuando pasaron por él se había arrepentido del trato y utilizando sus habilidades de enredo les entregó en su lugar a Don Pancrasio Astudillo, el auténtico gerente del hotel a quien suplantó con una carta falsificando la voluntad de poner a Martín R.Huerta en su lugar. Al paso del tiempo y su dedicación, todo mundo terminó aceptándolo.
Hoy se casa con una huesped del hotel. Una millonaria de Nueva York.
La luna de miel será en China. Una vez allá comprará la libertad de Pancrasio Astudillo y le indemnizará.
Ahora que es rico podrá comprar paz para su conciencia.
crisis enredada la de Martín. Buen relato.
ResponderEliminarUn saludo
No tengo claro que la paz de conciencia se pueda comprar con dinero, pero al menos lo intenta.
ResponderEliminarSaludos Carlos
Gracias por los comentarios.
ResponderEliminarTampoco creo que le fuése posible comprar la paz de la conciencia.
Más bien opino que ya la tenía muy distorsionada.