El buscador de oro llegó con la mula hasta el fondo de la barranca y encontró a un viejo que asaba una exquisita ternera.
Aceptó la invitación de sentarse a compartir el maravilloso platillo.
El anciano sirvió generosamente la carne,tanto a él como a 5 perros que ahí estaban.
Con sorpresa preguntó---¿Aquí los perros comen ternera?---
El viejo contestó señalando hacia la cumbre---¿Y porqué no? , la lava del volcán llegará aquí en 20 minutos.
Ande coma, no pregunte tanto.---
Así fuera con la lava encima. Yo tampoco le rechazo la invitación.¡Me encanta la ternera asada! Me encanta también leerte. Un abrazo.
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