El mendigo sin brazos que agita el vaso de plástico pidiendo para comer; el inmigrante sin papeles que patea la ciudad buscándose la vida; el matrimonio sin suerte ni liquidez que acaba desahuciado bajo un puente; el parado sin familia a la que acudir cuando su mujer se largó con sus hijos y aquel supuesto amigo; el muchacho sin nadie a quien contar las penas salvo al cartón de Don Simón. Todos ellos sin futuro, compartiendo cama bajo el cielo estrellado, objetivo de una pandilla de muchachos sin escrúpulos y sin corazón que disfrutan sintiéndose los jueces del mundo.
MIGUEL
MIGUEL
Buena descripción de una situación colectiva creada en un sistema despiadado hecho para el poderoso(mentiroso).
ResponderEliminarTe propongo, Miguel, el ejercicio inverso CON.
Miguel, a partir de ahora en las etiquetas poned solo vuestro nombre.
Un abrazo.
Realidad resultante de la falta de atención de los gobiernos a las voluntades de los puelos,en vez de al servicio del dinero.
ResponderEliminarSin...palabras. Muy bueno este retrato 0,0 de la sociedad que no estan feliz como parecen en la publicidad SIN
ResponderEliminarPor desgracia todo esto es más frecuente de lo que nos pensamos. Las calles están atestados de todos los personajes anteriores, incluyendo los últimos.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. saludos