lunes, 21 de junio de 2010

La muerte retratada

La muerte adora posar en los viejos retratos de familia. Mientras los agitados parientes asienten nerviosos a las instrucciones del fotógrafo sin dejar de vigilar a sus dulces y sorprendidos vástagos recién almidonados, ella se desliza sigilosamente y ocupa su lugar al fondo de la escena. Pero enseguida se cansa, caprichosa y voluble, y salta como luciérnaga loca a los ojos del rollizo bebé, a las poderosas y matriarcales cejas de la abuela Concepción o a los labios secretamente sensuales, Dios la perdone, de la tía Hortensia. Casi nunca encuentra acomodo y en ese incesante y velocísimo zigzag le sorprende el clic del fotógrafo y sale retratada, multiplicada en mil poses diferentes y convertida en poderosa luz que emana del grupo familiar.

7 comentarios:

  1. Muy inquietante Doc.

    Bienvenido. Has comenzado magistralmente.
    Un abrazo.

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  2. Es la cruda realidad.Vivir mata.
    De ahí que contando con la seguridad de que somos temporales,nos desarrollamos con locura;en lugar de con cordura,si en vez de luchar por una situación individual,estableciéramos algo sólido para todos los que vienen,ya estaríamos en un mejor entorno.

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  3. Y eso que la guadaña no tiene perfil bueno.

    Un abrazo

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  4. Hola. ¿Cómo o a quién, o a qué dirección puedo enviar mis colaboraciones? No encuentro un email. Magnifico el blog. Microabrazos GRANDES.

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  5. Pos, si somos lo que no vemos y no morimos, nos matamos y nos matamos unos a otros...IMPACTA.

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  6. La muerte persigue a la vida en cada instante. Muy buen cuento, deliciosamente narrado.

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