Llegó a casa, se quitó el pañuelo y recolocó, coqueta aún, sus canas. Lo guardó en la caja junto a su reloj de vestir, el nuevo, el que le regalamos su padre y yo, orgullosos, cuando se graduó. Al lado de los peucos que le hice para recibir al mundo cuando yo lo traje. Junto a sus fotos. Hoy viene, una vez más, de`pasear en alto su rostro por la plaza, para que siga existiendo. A ella no le hacía falta para recordarlo, pero al mundo sí, y hoy, 24 de marzo, había más cámaras.
Ilustración de Daniel Galantz
Le agarra a uno el corazón.
ResponderEliminarY yo saco mi pañuelo blanco en la plaza y pido dos orejas y el rabo para este relato lleno de sentimientos.
ResponderEliminarUn abrazo
Se me olvidó decir que, sin duda alguna, es un precioso homenaje a las madres de la plaza de mayo.
ResponderEliminarUn abrazo
Ah! y que el dibujo de Galanz es buenísimo, como todo lo que él hace. Me he enamorado perdidamente de sus viñetas.
ResponderEliminarOtro abrazo,
Estoy contento por doble motivo:
ResponderEliminarPor lo bonito de tu relato que refleja una manifestación pacífica de las madres que desde hace mucho tiempo recuerdan al mundo que las injusticias existen, y por la belleza de la ilustración de Galantz que con ese dibujo de Argentina con su pañuelo, simple y tremendo al tiempo.
También me encanta como internet hace de nexo entre creadores para darse a conocer entre si y al resto de las personas. Por ejemplo, Galantz a colaborado contigo, él en Argentina y tu en Cataluña, mostrándoos desde El Microrrelatista a todo el mundo que aquí entre.
Un beso.
Es entonces un honor hacer comentarios en tan bonita conjunción.
ResponderEliminarDesde luego es sobrecogedor y precioso, Isabel y Galantz
Gracias
Me alegro de que os haya gustado, yo entré al blog de Galantaz porque soy una entusiasta del y de la ilustración y el dibujo y pintura en general. Me encanta colaborar con ilustradores, en mi blog ya lo hice con Santi Jimenez de, galleguiño que dibuja , uau, como dibuja, y con Abraham Alcazar, ...y otros, yo misma hago mis pinitos, pero ahí me falta chispa, cada uno lo suyo.
ResponderEliminarMe encantó la ilstraciuón de Galantz, tan sencilla y contundente.
Un beso a todos.
Fue un placer poder acompañar el hermoso y profundo relato de Isabel.
ResponderEliminarY muchas gracias por los lindos comentarios de todos.
Los felicito por este espacio.
Saludos
Un dolor profundo que no cesara nunca, el de un pueblo que no merecía ese oprobio.
ResponderEliminarGracias Isabel por el micro y el respeto y a Galantz decirle que es un genio en lo suyo.
Un abrazo.