Alfred adoraba el cine. Antes de entrar a la sala compró una gran bolsa de palomitas. Tras abrirla ya nadie pudo ver la película porque los vuelos rasantes de las aves despeinaron al personal.
Hermoso homenaje a mi maestro Hitchcock,retratado aquí en éste relato con tintes de escalofriante realismo,pues de abrir ésas palomitas en un cine al aire libre,en Tokyo,en Santa Mónica ,California,en San Francisco,en Los Angeles,en Madrid,en Roma y otros etcéteras,de seguro que te embisten parvadas de todo tipo de aves. Torcuato,has ingresado al realismo-ficción por la puerta grande.
Desde entonces el cine no volvio a ser igual.
ResponderEliminarSaludos
Buena referencia a la película "Los pájaros" Esa explosión de palomitas era recurrente en cada una de las películas de Hitchcock, un maestro.
ResponderEliminarUn abrazo MAYÚSCULO
Hermoso homenaje a mi maestro Hitchcock,retratado aquí en éste relato con tintes de escalofriante realismo,pues de abrir ésas palomitas en un cine al aire libre,en Tokyo,en Santa Mónica ,California,en San Francisco,en Los Angeles,en Madrid,en Roma y otros etcéteras,de seguro que te embisten parvadas de todo tipo de aves.
ResponderEliminarTorcuato,has ingresado al realismo-ficción por la puerta grande.