miércoles, 23 de junio de 2010

DINIO, EL ACUMULADOR

Comenzó recogiendo maravillas naturales por las playas de Niebla: una concha de extraño brillo, la pinza perfecta de una jaiba, formas caprichosas de algas secas… Pero un sabio le explicó un día que la belleza es algo subjetivo, por lo que Dinio empezó a incluir en su colección objetos que le parecían feos: una rama de pino a medio podrir, un trozo de hueso muy blanco, algo parecido a una cagarruta… También tapones, botellas y zapatos pues el mismo sabio le dijo que los objetos artificiales son en realidad naturales, ya que los hombres, quienes los producen, son tan naturales como las sustancias a partir de las que los producen. De modo que nuestro hombre, entre unas cosas y otras, acumuló en su cabaña tal cantidad de objetos que apenas podía moverse por ella, y tuvo que acudir de nuevo al sabio: «¿Y ahora qué hago con todo esto?» «Llévalo de vuelta a la playa». Y así fue como Dinio, el acumulador, adquirió la mayor colección imaginable: la que componen todos los objetos que moran en todas las playas del mundo.


PABLO GONZ

3 comentarios:

  1. Genial Pablo. Un cuento que dice mucho en pocas palabras. Habla de la acumulación de cosas bonitas o feas, ¿que más da?, habla de la ambigua definición de natural.

    Y además me has hecho dudar y buscas con el verbo podrir.

    Un abrazo.

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  2. Supongo que al final uno lo tiene todo cuando no necesita tener nada. Estupendo relato, hermosamente escrito.

    Buena iniciativa ésta de "El microrrelatista". Perdonadme que no haya venido antes pero voy un poco liado las últimas semanas. Enhorabuena y mucho éxito.

    Un abrazo

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  3. Solo quería decirle que me encantó, que me gustaron sus palabras, soy artista artesano y me gusta crear obras con la naturaleza, y he caminado muchas veces a las orillas de la playa, buscando tesoros, lo son para mí... Por cierto tengo una cagarruta también jejeje. Precioso relato

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