Separaciones que no
Pedrito está contento, porque le encanta el chocolate con picatostes, haga quien lo haga. Adela no lo tiene tan claro, hizo hace poco la comunión y de vez en cuando, aunque le gusten las visitas, se pregunta si debe confesarse. En cuanto a mí, la mayor, soy quien tiene la peor parte; por un lado, he de contestar a las preguntas que me hace madre sobre padre y su nueva vida; por otro, he de lograr que padre inicie esa nueva vida y deje de pensar en su mujer que está, aunque no lo haya admitido todavía, muerta y enterrada.
Autora: Luisa Hurtado González
Blog: Microrrelatos al por mayor
Ilustración: Snezhana Soosh
Hiela la sangre.
ResponderEliminarBuenísimo.
Saludos.
Aceptar la realidad, en ocasiones, no es tan fácil. Saludos.
ResponderEliminarImpresionante.
ResponderEliminarBesicos muchos
Impresionante.
ResponderEliminarBesicos muchos
¡Bravo!
ResponderEliminarGracias, Torcuato.
ResponderEliminarSon buenas noticias que estés de vuelta, ahora que los blogs son... otra cosa. Yo sigo con él, ya ves, pesada que es una.
Gracias por traerme a esta nueva etapa de El Microrrelatista, un placer.
Un beso, Luisa
Lastima...muy corriente.
ResponderEliminarMis aplausos.
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