domingo, 3 de agosto de 2014

BRONCEADO.

Algunas acostumbran broncearse al sol, otras al rayo infrarrojo.
No así ésta rebanada de pan. A ella le gustaba hacerlo en un tostador y que luego le untásen mantequilla. Hasta el instante narrado la rebanada está en un paraíso.
Pero de ahí en adelante la vida de éste pan se torna infernal y muere a dentelladas.
Y evito los detalles fecales en que concluye por si están desayunando.

10 comentarios:

  1. sonrio mientras te leo
    me gusta lo que escribes

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  2. RECOMENZAR, buen seudónimo pues a menos de haberlo logrado todo, la pasamos recomenzando, digo los más sanos de la escalera.
    Gracias por visitar y opinar acerca de ésta fabulita que antropomorfiza al pan tostado.
    Abrax.

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  3. Ay Carlos! Me ha encantado, rey del Microrrelatista!!! Un beso.

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  4. No sé si será peor el calor infernal del tostador o las humedades devoradores de una boca hambrienta y mañanera. En cualquier caso, gracias por hacernos poner en el pellejo untuoso de una tostada común.
    Un abrazo, Carlos

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  5. Gracias Zuni pero soy un mero aprendiz, de ser el rey de algo ya hubiése captado la atención mundial.
    Mientras esto no se dé hay que mejorar o soportar el anonimato que nos aplasta.
    Besimismante, BESOS.

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  6. Doctor así aparecen los cuentitos cuando los objetos cobran vida similar a la nuestra.
    Existe una teoría de que todo tipo de materia respira. Me pregunto si también piensa.

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  7. JaJaja. He reido leyendo tu corto relato. Soy aficionada a ellos.
    Un beso.

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  8. El bronceador con sabor a mango le da un cierto toque exótico y queda muy sabroso jajajaja

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  9. jajajaja!!!
    Mejor evitar el final :D

    Un gusto conocer tu espacio.
    Me acomodo por aquí :)
    Buen domingo!

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  10. (No el final-destino, si no el final descriptivo jajaja!!)

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