Nuestra codicia se vuelve contra nosotros. A cambio de un beso caliente de dos rostros fríos se arriesga todo el placer que cabe en el cuerpo. ¡Un beso tan fugaz! Qué pronto dejan de palpitar los labios y de cosquillear la lengua. El olor de ese aliento en celo impregnado por dentro de la frente, y el sabor enardecedor de su saliva, se disipan con la primera bocanada de viento decembrino.
Los que se han besado por vez primera tras mucho desearlo están embrutecidos, pero ya tendrán tiempo de lamentar su pérdida. No habrá más miradas prohibidas, ni temblores de voces al conversar, ni profundas inhalaciones en medio de un abrazo. Después.
Después de otro beso más desesperado y asfixiante. El corazón de los recién besados está en fuga y no sabe si late en la garganta en el plexo o en la entrepierna.
-No me rechaces, te necesito... lo haremos a tu manera, con tus condiciones... no te pido más, sólo que me dejes amarte, quiero complacerte, cumplir tus fantasías, ¡las que sean! Quiero que conmigo hagas lo que nunca podrías hacer con él.
-Sí. Alejarme de ti, y olvidarte.
Precioso caso de eroterapia.
ResponderEliminarEl final de anticlimax nos dice que la tristeza es un sabor adquirido.
Sigues en pleno ascenso.
FELIZ 2014 con todos tus seres queridos.
Un abrazo Yun.
¡Gracias! Idem.
ResponderEliminarHermosos blog, te invito al mío, si gustas nos seguimos solo confirma en mi blog, besos yy
ResponderEliminarFeliz año nuevo
Este texto esta sencillamente genial porque describes la realidad.El final me recuerda el poema de Becker que enfatiza la importancia que damos demas a lo que vemos imposible y no al amor que nos quiere. Buen texto. Me uno a este blog Un calido saludo.
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