—No, señora, no puedo dejarla pasar. Esto es un asunto de
seguridad nacional. No, aquí no se encuentra su hijo. Tampoco su nuera ni su
nieto. Váyase, señora. ¿No ha visto las vallas ni los carteles? ¿No ha oído las
noticias? Toda la ciudad ha desaparecido. Ha sido talada. Solo quedan los
árboles, y se multiplican.
Muy buena esta tala Sara
ResponderEliminarBDA
Talar la ciudad debe ser difícil, pero si quedan los árboles y se multiplican, mejor...
ResponderEliminarBesicos microrrelatistas.
Genial, me sorprendio y eso... me encanta. Muy bueno.
ResponderEliminarSorprendente giro le das a la tala... Genial Sara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Urge cuantos lean planten un árbol.
ResponderEliminarHagan algo ya.
Hoy mismo no tengo tiempo, pero cada que puedo planto algo.
Siempre es un placer verte tan bella.
Y ahora nos trajiste un retrato imposible.
Los taladores nos sofocan a todos desde la selva Amazónica.
¿Y si los bosques crecieran en detrimento de las ciudades? ¿Y si la naturaleza se vengase de las talas desproporcionadas? Imposible no planteárselo.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios.
Abrazos.
Algún día la Naturaleza se vengará, ella seguirá cuando nos auto extingamos.
ResponderEliminarinquietante
ResponderEliminarFantástica esa intromisión vengativa de la naturaleza en nuestras vidas, harta de que la agredamos.
ResponderEliminarMe encantó.
¡Saludos!