—Se oye un rítmico puf puf de fantasmas. Paridos de sueños primerizos que ya han muerto. Ya sabes; esos sueños que se arrugan a la primera decepción del soñador. Es lo que tienen los sueños: es fácil gestarlos todo el tiempo que haga falta y más. Traerlos al mundo es otra cosa. Dejan de ser sueños que dan golpecitos en tu cabeza para convertirse en proyectos que necesitan muchos cuidados para crecer y seguir vivos. Hay que estar muy seguro de lo que se quiere. Tú; por ejemplo. Mírate. Mientras me escuchas tu sueño se desvanece y ni siquiera lo adviertes. ¿No lo oyes? Acabas de perder tu oportunidad.
(Uno de tantos, sin éxito aparente).
O quizás a quien hace la observación se le escapa la perfección de abstenerse del logrismo que ha traído tanta adversarialidad.
ResponderEliminarLa paz se encuentra cuando evades la ansiedad de los deseos insatisfechos.
Muchos hay que desconocen la fuente de felicidad contenida en la paz.