Cabopá: sí! en tu bitácora hay uno que custodia atento la cabecera, no? Y los besos de sal son tremendamente buenos... ay que me dan ganas de irme al mar y estoy en plena jungla de cemento! ¡Gracias por tu lectura! Besitos van
El amor no tiene barreras... ¿No ha pensado nadie si las sirenas no oleran un poco a pescado? Sin embargo, parecen tan sensuales... Cantos de sirena y luego, ¡que sorpresa!
Es cierto, Luna! Siempre parecen tan inspiradoras y son medio pescado. Flor de chasco, no? Pobre faro, mejor que cierre los ojos y si tuviera, la nariz. Gracias por tu lectura, Luna Saludos van
Que tiernitos los dos...
ResponderEliminarBesos.
Bonita y tierna escena nos regalas hoy Sandra. Gracias.
ResponderEliminarUn beso.
Pura poesía.
ResponderEliminarQué bonito¡
ResponderEliminarSaludos.
buena trama,
ResponderEliminarsaludos
Cuánto se puede contar en tan poco, y que bien contado está, Sandra.
ResponderEliminarUna prosa mínima que vive en el límite de la poesía.
Mis aplausos.
Preciosas imágenes para una historia tan sumamente cortita. Es muy bella.
ResponderEliminarBesos Sandra.
Sandra:
ResponderEliminarCuando te lo proponés sos cosa seria.
Es un bellísimo cortito, directo al corazón. Tiene magia.
Un gran abrazo.
Un precioso ejemplo del porno de mariscos involuntario.(?)
ResponderEliminarOoh!Gracias a todos por sus lecturas!!
ResponderEliminarNada mejor que un tierno para otro tierno, Toro.
Sí, es una escena, una imagen, un instante. Así salió, Yashira.
Mepa que sí, Cybr. Y por esa razón no sé si llega a microrrelato según los cánones.
Gracias, balamgo y omar. Me alegra que les haya gustado.
Está ahí en el límite. Por eso después Sergi Blau le dio un par de vueltas más,daba para eso.
Gracias, Laura. Le tengo un gustito especial a este micro.
Al corazón, sí... Así lo pensé. Lo captaste, Arturo.
jaajaja Carlos! Las derivadas de la lectura. No se me había ocurrido por ahí pero ahora que lo decís... jajajaa
Gracias a todos nuevamente por pasar a leer y dejar sus comentarios.
Abrazos y besos a mansalva!
¡Me encantan los besos de sal!...Y los Faros, el tuyo me ha sorprendido.
ResponderEliminarCorto, conciso y contundente...
Besicos
Cabopá: sí! en tu bitácora hay uno que custodia atento la cabecera, no? Y los besos de sal son tremendamente buenos... ay que me dan ganas de irme al mar y estoy en plena jungla de cemento!
ResponderEliminar¡Gracias por tu lectura!
Besitos van
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSencillo y suave.
ResponderEliminarComplicidades a las que no hay forma de acceder si son tan íntimas...
ResponderEliminarLindo!
Besos!!!
Gracias, MA, por pasar a leer y así salió, sencillito y suave, con esa intención.
ResponderEliminarEtienne, son hermosas las complicidades de los faros con las sirenas y no se puede contar más, por eso salió tan cortito.
Saludos van!
Es precioso!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
¡Muy bueno! Mucha poesia en este relato.
ResponderEliminarGracias, Rosa y Beto por pasar a leer este humilde cortito que tiene más de poesía que de micro.
ResponderEliminarSaludos van!
El amor no tiene barreras... ¿No ha pensado nadie si las sirenas no oleran un poco a pescado? Sin embargo, parecen tan sensuales... Cantos de sirena y luego, ¡que sorpresa!
ResponderEliminarLu.
Es cierto, Luna! Siempre parecen tan inspiradoras y son medio pescado. Flor de chasco, no? Pobre faro, mejor que cierre los ojos y si tuviera, la nariz.
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Luna
Saludos van
Al leerlo casi puede escucharse el rumor del mar, me encantó :)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, María Luisa. No hace falta una caracola en la oreja, no? ¡Beso grande!
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