lunes, 12 de noviembre de 2012

Principio


El Científico fabrica en su laboratorio la máquina perfecta: inmejorable funcionamiento de los sistemas respiratorio, nervioso, digestivo, circulatorio y reproductor. Justo número de huesos. Cantidad precisa de músculos. Caminar bípedo; excelentes habilidades psicomotrices; capacidad de aprendizaje; instinto de supervivencia; hermoso diseño anatómico. Cuando termina, el eminente Erudito contempla su obra, se rasca la cabeza, pasea a su alrededor y, con disimulo, da la espalda a sus ayudantes. Añade algo, que no estaba en el proyecto original. El Preferido del Maestro se da cuenta, sonríe ladino y comienza a imaginar su propio imperio.

15 comentarios:

  1. El poder en estado puro. Qué bien lo describes!
    Un beso Mar

    ResponderEliminar
  2. Los secretos salen caros y corrompen siempre.

    ResponderEliminar
  3. La semilla del mal... Un micro atrozmente real.

    ResponderEliminar
  4. Mar, así empezó todo. Muy bien descrito y desarrollado, como siempre.

    ¿Te he dicho alguna vez que leerte es garantía de aprender y disfrutar con tus letras?

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Toda dotación de ego y libre albedrío desarrolla una sociedad competitiva y adversarial.
    Y el hombre termina explicando los mecanismos de un Dios que lo rebasa, y somete a los demás dentro de cultos.
    Como se dió en la realidad, rebasa toda ficción.
    La humanidad se divide en facciones que guerrean por todo tipo de intereses y nos forzan a quienes queremos paz a vivir en un manicomio.

    ResponderEliminar
  6. Me sumo al comentario de Nicolás y sólo me resta felicitarte.

    Un abrazo.



    ResponderEliminar
  7. Una pieza en la que destaca su efecto de condensación e intensidad, Mar. Un lujo de micro en el que la progresión dramática del conflicto lleva al lector a ir negando -por miedo- el final que al final encuentra.

    Mis aplausos.

    ResponderEliminar
  8. Muy bueno. ¿Tenemos, entonces, un defecto de fábrica? Besos.

    ResponderEliminar
  9. Ningún laboratorio tiene la máquina perfecta, se olvidan de las cosas sencillas,se creen y crean imperios.
    ¡Lástima siento por los emperadores!

    Muy bien relatado, como siempre amiga,Mar. Tus letras siempre llevan a la reflexión.

    Besicos

    ResponderEliminar
  10. Buen micro en estado puro. Incluso diría que no le sobra ni un punto, ni una coma, ni una palabra, ni una letra.

    Me gusta la idea inquietante y como Principio de todos los seres.

    Besos Mar.

    ResponderEliminar
  11. Con lo bien que le había quedado...De esas "mejoras" improvisadas sin pensar en las consecuencias tenemos ahora estos lodos. Ahora en la segunda lectura me parece perfecto.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. MEI, CYBRGHOST, HUGO, MAITE, CARLOS, NICOLÁS, YOLANDA, PEDRO, ISABEL, CABOPÁ, LAURA, NIEVES Y DIEGO. Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios. Llevo alejada de los blogs y de escribir un tiempo y vuestros comentarios me devuelven la ilusión por seguir escribiendo aunque sea a ritmo de tortuga.
    Yo pienso que tenemos un defecto de fabricación, que éramos perfectos hasta que al Creador le entró la vena artística y nos hizo humanos.
    Un abrazo para todos.

    ResponderEliminar
  13. Un principio y final muy bien descrito. Excelente micro, coincido con los demás en su calidad. Enhorabuena.

    Esperanza.

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.