Más rutinas
En eso, mi padre no era diferente a los otros, pero solamente en eso. Cada noche preparaba su comida; en la parte de abajo, el primer plato, arriba unas cuantas tajadillas de lo que hubiera sobrado de nuestra comida, y una manzana, verde en otoño y casi pasas, por lo arrugado, al entrar el verano, de esas del fondo de los cajones. Todas las mañanas madrugaba para verle marchar, me encantaba: puño en alto con su traje amarillo y su capa roja al viento mientras gritaba eso de "¡Eso es todo amiguitos. No olviden supervitaminarse y mineralizarse!"
- Alegría, el héroe de los niños es un ratón cocinero, ¡já!
- En nuestros tiempos sí que había ratones, y no los de ahora...
Encantador relato, bice, ser hijo de super ratón (que imagino que ese era) ay, qué recuerdos...
ResponderEliminarUn saludo.
Un micro tierno, y sin embargo tiene un halo triste.
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