Muchas son las
teorías que tratan de explicar el inigualable sonido de los violines Stradivari.
Hasta ahora lo único en claro es que cada vez que un músico virtuoso está a
punto de hacer hablar a alguno de ellos, éste desaparece misteriosamente.
Mientras las
investigaciones continúan, los contrabajos se limitan a sonreír despreocupados.
Imagen tomada de la red.
Hay mucho ego suelto en el mundo del espectáculo dispuesto a cualquier cosa.
ResponderEliminarCybrghost, en el espectáculo, en las artes, en el mundo en general. Pero al final, un ego no es nada. Un abrazo.
ResponderEliminarLucas, gracias por la lectura.
Un abrazo.
Me gustó el relato José Manuel. Envidiosos contrabajos...
ResponderEliminarPuri, cierto. Aún así continúan sin tener la fama de sus hermanos violines.
ResponderEliminarUn abrazo.