Mientras Fede temblaba; Ángel se
secaba las lágrimas; Chema discutía con su padre; Tono se fumaba un cigarrillo
y Pedro jugaba con su videoconsola. Yo descansaba en el río, con dos piedras
como compañeras, a la espera de aprender a viajar extrasensorialmente para
recordarles que sus actos no quedaran impunes.
Me gustó. ¿El "impugnes" es intencionado o se te escapó la g al transcribir?. Si es "impugnes" la única pega que le pongo es que es quizá demasiado rebuscado.
ResponderEliminarMuy bueno, Nicolás. Le cuadra genial la 1ra. persona. Saludos van
ResponderEliminarLa violencia es más estremecedora mientras más jovenes son quienes la cometen.
ResponderEliminarAy Nicolás, qué historia... Parece sacada de una película de terror. Qué crueles pueden ser los jóvenes. Y como siempre qué bien retratas la escena.
ResponderEliminarUn abrazo,
Muy interesante lo de viajar extrasensorialemente, suena, como muy " extrasensorial", como a 6º sentido o algo así.
ResponderEliminarNo obstante viajer es interesante de todos modos, con los 5 sentidos y con alguno que otro más...
Besos.
Bellos microrelatos, como siempre.
Muy duro, pero genial.
ResponderEliminarMe encantó.