El buen hijo
Al regresar del trabajo, el padre lo encontrará estudiando en su habitación después de haber venido del entrenamiento de baloncesto. Se levantará para darle un beso. Probablemente le dirá que ha sacado matrícula en Estadística. Quizá le pida permiso para coger el coche y llevar a alguna amiga a tomar algo. Y hablarán con camaradería durante la cena. Entonces, orgulloso, alborotará su pelo como cuando era un niño, sin notar hoy, en su buen hijo, el imperceptible olor a gasolina mezclado con un ligero tufo a mendigo.
Bajo ese disfraz de hijo perfecto hay un monstruo que jamás será descubierto por unos padres que solo ven lo que les interesa.
ResponderEliminarEnorme micro, Mar. Felicidades.
Un beso.
Ese tipo de cosas son las que a veces se deciden no ver, de modo que "olerlas", eso es pedir demasiado.
ResponderEliminarHabrá que ver. Tendrán que ser amputados cerebrales para no acabar dándose cuenta.
ResponderEliminarDifícil para los padres ver a los hijos sin el filtro amable del corazón.
ResponderEliminarUn abrazo, Mar.
Si exista la "mamá Cuervo", también debe existir el papá Cuervo no?
ResponderEliminarQué horror Mar, tremendo micro. Muy bueno pero me ha dejado asustada, siempre me pregunto cómo serán los padres de esos chicos que cometen tremendas crueldades, pero puede ser el hijo de cualquiera...
ResponderEliminarBesitos.
Mar, estos hijos de... son los peores, no contentos con no aprovechar como deben los recursos de papá, se convierten en azotes contra aquellos que no tienen nada, son como digo unos de hijo de...
ResponderEliminarMuy bien contado tu micro, poniendo la puntilla donde corresponde.
Un abrazo fuerte.
¡Excelente! Durísimo.
ResponderEliminarCruento final que nos azota para bien.
¡Felicitaciones!
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios en este mes de agosto que parece una travesía por el desierto. Un abrazo.
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