Leyó completo el tomo de " La guerra y la paz " de Tolstoy en el original ruso, más por no hablar éste idioma no entendió ni jota.
El profesor insistió que la leyera en su propio idioma pero Ernesto se negó diciendo que de cualquier forma no le había gustado el original.
Ante ésto el maestro le dijo resignado:---Ernesto, sigue adelante con tu dedicación al entrenamiento de lagartijas. Quizás ahí encuentres un futuro promisorio.---
Ernesto siguió los consejos del maestro, y antes de cumplir los treinta, fué devorado por un cocodrilo.
Me ha encantado, Carlos.
ResponderEliminarMuy bueno, no se que tiene pero te deja sonriente y pensativo. Surrealismo mezclado con tragicomedia ;)
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ResponderEliminarJajajajajaja. Menudo consejo y alucinante presagio. Buscas luego encuentras.
ResponderEliminarMuy bueno carlos, no sé si el problema estuvo en el consejero o en el aconsejado, pero muy promisorio no fue su futuro... Un saludo,
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
ResponderEliminarGracias por su lectura al ejemplo de realismo frecuente.
je, je, me sacó varias sonrisas ese final.
ResponderEliminarY eso es muy bueno.
Saludos.
Contundente y redondito.... Me sorprendió y me hizo reír..
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