Ella le ofreció el cuchillo de carnicero y preguntó: ---¿Vas a querer tu carne?----
----Claro que sí.----respondió,
Al momento la vaca retrocedió con desconfianza.
Él puso el acero junto al queso que estaba en la mesita, y ahí mismo la pareja se entregó a la pasión sobre el piso del establo.
La vaca miraba a los amantes agradecida de que ambos eran vegetarianos.
Genial Carlos!
ResponderEliminar¡Qué bueno!
ResponderEliminarbesicos
Carlos:
ResponderEliminarMuy bueno.
Es ocurrente y tiene humor.
Un saludo.
¡Simpatico! me alegro por la vaca.
ResponderEliminarBesitos
¡Muy bueno!
ResponderEliminarSaludos.
Ah, que susto he pasado, jajaja temía lo peor, que suerte para la vaca que sean vegetarianos.
ResponderEliminarUn abrazo Carlos, desde mi mar,
¡Buenissimo Carlos! Vuanto dijiste con tan pocas palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola desde hace un tiempo sigo los relatos que publicáis en este blog. Si te pasas por el mio os he dejado un premio.
ResponderEliminarUn saludo
http://pasaporteawroclawski.blogspot.com.es/