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Cortesía de rahego en Flickr |
Cuando Pedro quiso copiar el primer capítulo para corregirlo, «oprimió control más cé» y enseguida toda la información pasó al otro documento. Con una sonrisa se dispuso a guardar el viejo, llevando su ratón a «archivo y guardar» sin haberse percatado del resultado anterior. Su voz se quebró en un potente grito al comprobar que su atajo del teclado no era copiar la selección dada, si no cortarla «control más equis» deslizando sin querer su dedo en otra tecla para dejar manco su documento original.
Errar es humano, control Z es divino.
ResponderEliminarSaludos van, William!
....son gajes del oficio especialmente aprendido con alfilires....de esas he tenido tantas....pero en vez de renunciar
ResponderEliminarsigo queriendo que le ordenador no me maneje a mi sino YO a él !!!!!
El tema escogido y plasmado me parece muy interesante.
Un saludo de Begoña
¿qué has hecho Pedro?
ResponderEliminarsaludos
Muy grafica descripción de lo que todos hemos hecho alguna vez, y se nos ha quedado cara de tontos después...
ResponderEliminarMe encantó,
Saludos William,
Me imagina la cara que se le habrá quedado jajaja.
ResponderEliminarMenos mal que como decía Sandra,existe el divino Z
jajaja nos ha pasado a todos alguna vez.
ResponderEliminarA quién no le ha pasado estas leves jugarretas del teclado y de nuestros propios dedos, como si ellos tuvieran su vida propia y decidieran cambiar en el último momento la tecla que pulsar. Más quizás cuando a escribir horas y horas delante de un procesador de textos y hemos desarrollado una mecanografía propia...
ResponderEliminarEs que si estas escribiendo durante horas, y como cuentas se te van los dedos (o la luz ¬¬) te dan ganas de estrellar la silla contra el monitor, no es para menos jajaja
ResponderEliminarGenial relato, me ha encantado corazón :D Un besote rey :D