miércoles, 22 de febrero de 2012

Viaje al futuro

¡Aquello fue irreal, lo que vi esa noche no sucedió de verdad!, —me lo repito una y mil veces, pero aún así, sigo temblando—. ¡Un humano desplazándose por los antiguos caminos! Aquella especie cruel, responsable de que el planeta agonice, lleva miles de años extinguida. A no ser que haya venido del pasado a través de ese portal iridiscente que se formó en el cielo. Estaré delirando. Mi madre está en lo cierto: soy una serpiente voladora con demasiada imaginación. 




7 comentarios:

  1. Ideal, Sara, como siempre, tanto la ilustración como el relato.

    Felicitaciones, y un saludo,

    ResponderEliminar
  2. No hay nada más peligroso para uno mismo que la imaginación, si además eres una serpiente voladora, la cosa puede ser aún peor.

    Me gustan tus letras y tus trazos.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. La imaginación es peligrosa, sí. Pero más peligrosa es la vida sin ella: perderíamos la magia, la ilusión...

    ¡Muchas gracias por vuestros comentarios!
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Grande. Provoca a pensar y juega feliz en su cosmología.
    ¿Llegaremos a irnos por donde se fueron los dinosaurios?
    ¿Heredarán el mundo las cucarachas?
    ¿Les saldrán alas a las serpientes?
    No tiene límites.

    ResponderEliminar
  5. Una serpiente, particularmente bonita, Sara. Un hipótesis fantástica, del mundo que nos espera.
    Mis saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  6. Me encanta la ilustración, Sara y este texto con serpiente voladora e imaginativa.

    Besitos

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.