martes, 14 de febrero de 2012

PONTE BUZO

Preparó el plan perfecto para el asalto al banco. Digno de un matemático y eso que él era solamente un cartero. Más no por éso menos cerebral. Cubrió todo detalle.
COMENZÓ POR EL FINAL. La salida es lo más importante, cualquiera entra a un banco gritando :---Al suelo putos, el que se mueve se muere.--- Pero al salir viene lo bueno. Hay que calcular que nadie vea los trasplantes de coches, el ensayo del tiempo para que no aparezca la ley antes de ganar distancia, los disfraces para que cuando busquen al del abrigo negro topen con quince a los que te encargaste de regalarles uno igual y se los hiciste llegar en forma anónima por medio de unas monjitas quienes además les dejaron el recado de andarse por la zona porque ibas a pasar por ahí llevándoles dinero.
Todo pulidito mecánicamente.
El dinero viajaría en la camioneta de correos que hacía su diaria corrida al puerto y de la cual jamás sospecharían si montaban un retén policiaco.
Incluso días antes del golpe fué a la playa a relajarse nadando para tener sus nervios afinados como violín de concierto.
Al vagar por la arena amistó con la joven que buceaba para sacar cangrejos y almejones y otros peces.
Se dedicó a enamorarla para matar el tiempo. Ella le enseñó la pesca submarina; y se desató la dinámica de los mariscos combinados con las hormonas juveniles. Postergó el asalto unos días para entregarse al idilio y una cosa fué sucediendo a otra. El embarazo, el matrimonio, los hijos, y sobre todo el tiempo para refleccionar su propia existencia. Renunció a ser cartero, también a ser asaltabancos pues comprendió que no había ningún dinero que valiera poner en riesgo la compañía de su mujer y de sus hijos, ni las fabulosas mariscadas que ella preparaba .
Hay tantas grandes historias acerca de lo que alguien dejó de hacer y nadie jamás lo supo.

10 comentarios:

  1. Me temo que el frustrado atracador-cartero ha salido ganando: una vida en pareja estable, unos hijos, y la felicidad de poderlo disfrutar son mucho más consistentes.

    Muchas historias que pudieron ser no fueron, tienes toda la razón.

    Saludos

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  2. Yo hubiese hecho la misma elección.

    Con amor y mariscadas, ¿quién necesita dinero?

    Un abrazo, Carlos.

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  3. Sorprendente, jaja, esperaba ver el atraco, tan bien narrado casi parecía que se desarrollaría delante de mis narices, y no... Es sólo la historia de una familia feliz, pues sí, muy buena elección. Menos acción y más amor, compañía...Ojalá esa fuera mi familia.

    Felicitaciones,

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  4. Me encanta esa frase: "se desató la dinámica de los mariscos combinados con las hormonas juveniles"

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  5. Si he de ser sincero, le falta calidad al pequeño relato. Pero no está mal.

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  6. Gracias a todos por darme el privilegio de su lectura; estoy de acuerdo con Luigi Castelli en cuanto a la falta de calidad del relato.
    Así nos resulta cuando no le damos a una historia el tiempo para pulirla con dos o tres repasos de afinación'.
    Ciertamente que no la publicaría entre mis selecciones para un libro,
    a menos que lograse elevarla a buen nivel.
    Gracias por la observación, me estimula a mejorar.

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  7. No hizo mala elección, no. Creo que además salió ganando en la vida.

    Besitos

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  8. a mí me gusta la reflexión final... las historias que no fueron...Saludos van!!

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  9. Es cierto, tu frase final: por cada historia vivida hay miles dejadas de vivir. Es entretenido.

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  10. Lo que podía haber sido y no fue, un relato delicioso.

    Ebhorabuena !!

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