ELLA SÍ QUE SABE
Por fin quietas frente a mí están las tres campanas. Lo sabía, sabía que esa moneda alemana iba a darme suerte. Llevo tanto tiempo deseándolo que me tiemblan las piernas y estoy a punto de echarme a llorar. Lo sabía, estaba convencido de que este día iba a llegar, sabía que la suerte alguna vez tenía que sonreírme. Además con los cinco euros que esta noche llevaré a casa, quedará claro que esas máquinas tragaperras que ella tanto detesta, no van a traernos sólo desgracias.
Excelente abordaje de un tema duro, generador de muchas desgracias, Paloma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú pequeño relato me ha dejado sin palabras...Cuántos hogares destrozados por esas máquinas.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa delgada linea que separa la diversión de la desgracia...
ResponderEliminarUn saludito.
Paloma, desgarrador relato que muestra como las adicciones son un infierno. Desvirtúan la realidad de quien las sufre y amargan la vida no sólo de ese mismo adicto sino también de quien le rodea.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
Un amigo perdió trabajo y familia por el juego con las tragaperras. Solo después de años en grupos de Jugadores Anónimos pudo salir de esa adicción.
ResponderEliminarMuy buen micro.
¡Saludos!
La adicción al juego se lo lleva todo. Tú lo expresas muy bien con este micro. Enhorabuena, Paloma. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé si creerme que llevará esos cinco euros a casa.
ResponderEliminarLa ludopatía es un monstruo que devora la vida del que la padece.
Un beso, Paloma.
Excelente.
ResponderEliminarMuchas gracias!!
ResponderEliminarSaludos a todos.
Muy bien contado. Aunque tengo la duda de si llegarán a casa esos cinco euros.
ResponderEliminarBesitos