Los domingos toca la orquesta. Dolores saca a Fermín. La Maite y la Rosa bailan juntas. Hace años que Segismunda y Onofre no se levantan de sus sillas. No se mueven, no hablan, pero cruzan las miradas y, al son de la música, les siguen bailando mariposas en el estómago.
Puck
Puck
Pasa poco, pero pasa. Esas parejas en las que la llama sigue viva después de muchísimos años. Y es realmente bello, aunque tendamos a fijarnos mucho más en otras cosas.
ResponderEliminarHermosísimo relato.
Todos deseamos eso,el problema está en cómo conseguirlo...
ResponderEliminarUn saludito.
Me ha encantado Puck!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Es precioso y muy tierno, Puck.
ResponderEliminarBesitos
¡Ay! Esas mariposas en el estómago :-)
ResponderEliminarMuy evocador ese baile al son de la orquesta.
Un beso, Puck.
Y a saber si así están mejor.
ResponderEliminarQuedarán sin saber si se salvaron el uno del otro.
Gracias a todos por vuestras palabras, me quedo bailando con vosotros un ratito
ResponderEliminarsaludillos
wow hasta yo senti esas mariposas al leerlo, muy bueno!
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