martes, 10 de enero de 2012

Prestigio


No pudo soportarlo; ante la súbita merma de su bien ganado prestigio a ojos de sus colegas, aquella eminencia de la medicina no tuvo más remedio que suicidarse cuando el muerto que había certificado sin dudar tuvo a bien experimentar una notable mejoría que le acarreó ser dado de alta de su dolencia en menos de dos semanas.

Autor : Elías Moro

1 comentario:

  1. Es que hay médicos muy malos, por suerte no son todos.
    Muy buen escrito felicidades, te puntué un diez.
    Un saludo

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.