Su madre siempre le decía que pusiese el corazón en todo lo que hiciese, por eso cuando empezó a trabajar en la oficina del paro, siguió con esmero sus consejos y desde que llegó las inscripciones descendieron drásticamente. Era meticuloso, pulcro, un maestro al que pronto muchos empezaron a imitar, se multiplicaron los formularios debidamente cumplimentados a su manera y el paro descendió rápidamente, aumentando eso sí, el número de individuos descorazonados que se acumulaban en las puertas traseras y el nauseabundo olor a podrido en algunas administraciones públicas.
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El fin justificaba los medios.
ResponderEliminarEste da mucho miedo como le manden a china a solucionar los problemas de superpoblación.
ResponderEliminarQue miedo me da este señor Paloma...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ésto aclara como todo es relativo, una vez filmábamos en Puerto Rico y el camarógrafo Henry Vargas manifestó que lo importante en una persona consistía en ser trabajador, de inmediato el director de la película y yo comentamoos que Nixon era muy trabajador, lo cual no convertía su frase en algo tan exacto como afirmación.
ResponderEliminarEspero no tropezarlo en mis correrías burocraticas, no quiero formar parte de individuos descorazonados. Da miedo...
ResponderEliminarBesitos
Ay! Paloma, menos mal que no enseña por aquí, tu protagonista. . .
ResponderEliminarUn beso
¿Cómo pudo interpretar tan mal un consejo tan bueno??????????
ResponderEliminarMal ejemplo para nosotros los optimistas.
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