Yo estuve ahí. Yo vi la luz hiriente en medio del campo deshabitado de humanos y animales. Era un páramo, pero sin embargo, no sé cómo, me impregné de la bola roja que apareció en el horizonte. En ese momento yo fui luz. Luego, tomé el pincel y pinté el amanecer.
El sol siempre lo ilumina todo.
ResponderEliminarUn amanecer hermoso
ResponderEliminarSaludos desde el aire