Cada mañana, se frotaba los dientes una y otra vez con su machacado cepillo; los tenía brillantes, resplandecientes, pero las manchas de conciencia no se iban ni con lejía.
-Javier Domingo-
Esas manchas no se borran con nada.¡Buenísimo texto!.Un besazo.
La conciencia no tiene limpieza posible.Me gustó tu texto.Saludos desde el aire
Hay manchas que se graban a fuego en el alma y no se borran ni abrasándolas... por mas limpio que quiera aparentar ser uno...Un saludo.
Que frote, que frote... hasta que se desgaste...Salud!!
Difícil tarea limpiarse por dentro!Un abrazo, Javier
que siga intentando borrar, seguro que no logra nada!Saludos
Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.
Esas manchas no se borran con nada.
ResponderEliminar¡Buenísimo texto!.
Un besazo.
La conciencia no tiene limpieza posible.
ResponderEliminarMe gustó tu texto.
Saludos desde el aire
Hay manchas que se graban a fuego en el alma y no se borran ni abrasándolas... por mas limpio que quiera aparentar ser uno...
ResponderEliminarUn saludo.
Que frote, que frote... hasta que se desgaste...
ResponderEliminarSalud!!
Difícil tarea limpiarse por dentro!
ResponderEliminarUn abrazo, Javier
que siga intentando borrar, seguro que no logra nada!
ResponderEliminarSaludos