domingo, 29 de mayo de 2011

Juguetes

- ¿Puedo quedarme con sus juguetes?
Sobre la cama, sentado, con la corbata negra aún apretando la garganta. Escuchando a su mujer vomitar en el baño, mezclando saliva con bilis. La luz del cuarto con una bombilla fundida y la lámpara tambaleándose tras ser golpeada por la foto de las últimas vacaciones en la playa. El pasillo infinito abierto ante sus pies y el niño sonriente, con los brazos cruzados, esperando una respuesta. El padre cierra los ojos y señala con el dedo la pared. Ahora está seguro. No fue él quién dejó abierta la ventana.


7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Creo que es la primera vez que te leo, ha sido un placer.

    Terrible micro!

    Saludos, Alberto

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  3. Duro, muy durO.
    Saludos desde el aire.

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  4. Gracias por los comentarios.

    Nos leemos.

    Un saludo.

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  5. Es la primera vez que te leo y me has puesto la piel de gallina.
    Que terrible relato. Se me puso un nudo en el estómago...

    Un saludo.

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  6. ¡Que bueno!¡Que duro!¡impresionante!

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  7. Un mundo de sensaciones en unas pocas líneas: empecé con una sonrisa y terminé con una angustia infinita.

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