Tla-tla-tla ...cerca de las tres de la mañana otra vez ese monótono sonido sobre el techo de mi habitación, ¿quién será? Me lo imagino sentado al lado de la puerta de mis sueños…¿quién será? Y me dije, “ancha y larga es la entrada y salida de la vida: sales y entras o penetras y apareces”. Pero este acceso, ¿cuál es? Cuando te quedas sentado y piensas, actúas de manera espontánea, sin miedos; y has logrado conseguir disfrutar cada momento, nada te importa y te conviertes en el guardián del tiempo; no hay interés en juzgar al que entra o al que sale, y sus acciones te tienen sin cuidado. Te quedas ahí sentado bajo tu sombrero, y te dan ataques frecuentes de sonreír con los ojos desde el corazón. Que las cosas pasen porque tienen que pasar y punto. Esa habilidad de preocuparse por todo se ha desvanecido. ¿Y el conflicto? Al diablo con él. Que si el que viene se detiene antes de entrar, cavila, retrocede, qué importa. Tla-tla-tla...Ahora caigo en cuenta: soy un mero personaje de este microrrelato aburrido que escribe este tonto microrrelatista y que no logra terminar. Si al menos se muriera, podría escribir un poco mejor y yo podría dormir en paz, o salir de una vez por toda de este cajón.
Yo se de unos cuantos que viven guardados en mis cajones. Poco a poco irán saliendo para hacerte compañía en esas noches de insomnio.
ResponderEliminarBesitos sin principio ni fin.
Me quedo pegado de impresión como estamos en la misma frecuencia el género de cuento, en cuanto al tema ESCRITOR, curiosamente el mío también escribe idioteces, no sé si me alcancé a ver en un espejo interno o fuí víctima de un ataque de honestidad.Por lo menos tomé un camino igual al tuyo e hice el intento de divertir al respetable.
ResponderEliminarMuy complicado el esfuerzo por lograr transmitir a los lectores.
A ver en que acaba ,espero en unos momentos ya llegue al final pues voy en el tipo de escritura que practicamos los muy extremos al vernos envueltos en una caída al barranco.
Eso es asi, Carlos, te entiendo. Hola, R. tuya. Gracias.
ResponderEliminarBueno, al final sabe entonces el secreto de la vida, de su vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Héctor.
Aún cuando está desanimado, escribe con gran calidad :)
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