lunes, 6 de diciembre de 2010

Sonrisas


Echo de menos sonrisas. Sonrisas en el autobús. Sonrisas en la verdulería, sonrisas en la oficina, sonrisas de la cajera del supermercado. La gente ha perdido la sonrisa. Yo encontré la mía olvidada en el bolsillo de un abrigo viejo. La limpié bien de pelusillas y ahora la llevo puesta todos los días. Es mi uniforme para enfrentarme a los días grises, a los días demasiado soleados, a los días en que nadie, ni siquiera la vida, me sonríe. A veces me dan ganas de pellizcar las comisuras de la boca de la gente y tirar de ellas hacia arriba, para hacerles sonreír. Con unas manos invisibles, claro. Sería una travesura de bruja, y solo pensar en ello, me hace sonreír de nuevo. La gente me mira y se pregunta: ¿y esa loca, de qué se ríe? Y yo les pregunto a ellos: ¿y por qué no os reís conmigo?

10 comentarios:

  1. A veces he salido a la calle con una sonrisa, y de pronto me doy cuenta de que los demás me sonríen también... las calles cambian de color.

    Un beso... y una sonrisa

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  2. La sonrisa es hermosa en su autenticidad, aunque no siempre resulta aceptada por quienes advierten que alguien quiera utilizarla por ejemplo,para cubrir que no canta tan bien , como lo hacen muchos famosos, no dije nombres ,se los dejo a ustedes.

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  3. Cuan cierto!!!!!

    Besotes y sonrisas...

    P/D: Dijo Quino... "Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo..."

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  4. Di que sí!!!! a sonreir!!! Un saludillo sonriente

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  5. Gracias a Kum por la sonrisa y todos los demás. Me voy con las pilas cargadas de optimismo. sonrisas.

    Su, es bueno regalar sonrisas, el que da, recibe.

    Carlos, las sonrisas falsas, afortunadamente las pillamos enseguida... A los hipócritas no quiero ni verlos...

    La novia, qué rzón tien siempre Quino. Me encanta desentonar.

    Puck, eso a sonreír todo el mundo...

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  6. Le hacen falta tantas sonrisas a la humanidad, pongámos nuestro granito de arena, sonreiremos contigo Purificación :)

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  7. Me recuerda a que el otro día en la calle iba un señor muy muy sonriente, tanto que no dejé que se fuera sin sonreírle yo también. Fue mágico.
    Así que te regalo una sonrisa para que pegues por ahí con tus manos mágicas.
    Un beso

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