sábado, 11 de diciembre de 2010

Pasiones calladas

Eva levanta pasiones, además de por su atractivo y sensualidad, por la lucha dialéctica continua con lo que ella considera injusto, resulta tierna en ese aferrarse a la justicia del mundo. Y es divertida, y su risa es contagiosa. Pero ella no sabe lo que despierta en los demás.
Antonio es un buen contrincante, contra él se disparan muchos de sus argumentos, él, como todos, la mira de otra manera, y Eva a Antonio también, pero parece que ninguno quisiera saberlo o al menos no lo quieren aceptar. Cuando nos reunimos, todos percibimos esa tensión: miradas que se huyen, manos dejadas cerca al azar, roces que chispean.
Lo mejor de reunirnos con ellos es que dejan su tensión sexual esparcida por todas partes, y quien puede la recoge y la hace suya. La otra noche estuvieron en casa, y al marcharse, nuestra pasión pudo oírse en el ático, aunque vivimos en el segundo. Eso sí, debemos dejar pasar tiempo para invitarles otra vez, necesitamos recuperarnos.

11 comentarios:

  1. Eva y Antonio, ¿dónde dices que van este fin de semana?. Me gustaría mucho conocerles.

    Muy buena historia. Un beso Anita.

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  2. Esperamos que al hacer el amor, nuestro marido no piense en Eva...ni nosotros en Antonio :) Siempre excelente Anita.

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  3. O nosotras en Eva y ellos en Antonio ;)
    Gracias a las dos... Towanda, acabo de ver a Antonio pero Eva no estaba, así que esta noche a ver la tele, ja ja
    Abrazos

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  4. Qué bueno. Menudo golpe de efecto final. Me gustó mucho Anita ese recurso imaginativo que te sacaste de la manga al final.

    Un abrazo.

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  5. Ya te lo dije, pero como me sigue gustando lo repito. ES genial jaja.
    Saludillos

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  6. Qué bueno, Anita. Muy muy divertido. :)

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  7. Me gustó mucho, contiene mucho sentimiento y eso, en literatura, se nota. Un abrazo.

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  8. Me dejas sin palabras Anita, al menos que sirva para alguien tanta electricidad... jajaja. Me gusta mucho el final.
    Un abrazo electrico.

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