Muy bonito, Belén. Y real, como la vida, como la muerte. Sigue la vida, pero falta algo.
Triste. Bello y triste.Un beso, Belén
Te lo dije en su momento y te lo repito. Me encanta. SAludillos
Preciosa observación.El cambio es una eterna constante.
No hay caso Belén, seguís emocionándome. ¿Me permitís llevármelo a mi sección nanorrelatos de mis amigos?Date una vuelta por mi blog, si no te agrada lo quito inmediatamente.Un beso
Incereible tanta verdad, tristeza y nostalgia en 9 palabras. Un abrazo Belén
Venga, pues como aquí no está Zoë y no te puedo chingar con la música... discrepo con el relato.Es genial. Ferpecto. Precioso.Pero no, la vida es la misma. Sos vos quien no la ve igual.Nuestras muertes le dan igual a "la vida".Un beso, mi querida maestra. Eres genial. Pero, sin Zoë... no es lo mismo.
y....por otro lado, menos mal que cambia, que es otra, que se mueve, que nos mueve.....Bonito nano, Luisa.
Puri: muchas gracias. Las cosas no pueden ser iguales cuando falta algo, no sería justo.Cartaphilus: gracias, otro beso para ti.Puck: gracias por acercarte de nuevo a este texto.Carlos: sí, el hecho de que todo cambie es una constante irónica!Patricia: al contratio, te agradezco tus palabras y tu interés por el texto, puedes llevártelo sin problemas!Artistalight: gracias, a veces basta sólo con remover lo que hay por dentro, y por suerte o por desgracia, para eso no se necesita muchas palabras...Kum*: eres tremendo :o) Gracias por ampliar la perspectiva, es otra forma de entenderlo. Tengo que meditarlo con Zoë, a ver qué me sugiere :oPLuisa: sí, tienes razón, al final la propia vida se encarga de que nos movamos y avancemos. No tendría sentido que fuera de otra manera.Muchísimas gracias a todos por los comentarios. Un abrazo para cada uno.
¡Qué razón tienen esas palabras cuando te falta alguien!. Sigue la vida pero con las ausencias...Un beso.
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Muy bonito, Belén. Y real, como la vida, como la muerte. Sigue la vida, pero falta algo.
ResponderEliminarTriste. Bello y triste.
ResponderEliminarUn beso, Belén
Te lo dije en su momento y te lo repito. Me encanta.
ResponderEliminarSAludillos
Preciosa observación.
ResponderEliminarEl cambio es una eterna constante.
No hay caso Belén, seguís emocionándome. ¿Me permitís llevármelo a mi sección nanorrelatos de mis amigos?
ResponderEliminarDate una vuelta por mi blog, si no te agrada lo quito inmediatamente.
Un beso
Incereible tanta verdad, tristeza y nostalgia en 9 palabras. Un abrazo Belén
ResponderEliminarVenga, pues como aquí no está Zoë y no te puedo chingar con la música... discrepo con el relato.
ResponderEliminarEs genial. Ferpecto. Precioso.
Pero no, la vida es la misma. Sos vos quien no la ve igual.
Nuestras muertes le dan igual a "la vida".
Un beso, mi querida maestra. Eres genial. Pero, sin Zoë... no es lo mismo.
y....por otro lado, menos mal que cambia, que es otra, que se mueve, que nos mueve.....
ResponderEliminarBonito nano, Luisa.
Puri: muchas gracias. Las cosas no pueden ser iguales cuando falta algo, no sería justo.
ResponderEliminarCartaphilus: gracias, otro beso para ti.
Puck: gracias por acercarte de nuevo a este texto.
Carlos: sí, el hecho de que todo cambie es una constante irónica!
Patricia: al contratio, te agradezco tus palabras y tu interés por el texto, puedes llevártelo sin problemas!
Artistalight: gracias, a veces basta sólo con remover lo que hay por dentro, y por suerte o por desgracia, para eso no se necesita muchas palabras...
Kum*: eres tremendo :o) Gracias por ampliar la perspectiva, es otra forma de entenderlo. Tengo que meditarlo con Zoë, a ver qué me sugiere :oP
Luisa: sí, tienes razón, al final la propia vida se encarga de que nos movamos y avancemos. No tendría sentido que fuera de otra manera.
Muchísimas gracias a todos por los comentarios. Un abrazo para cada uno.
¡Qué razón tienen esas palabras cuando te falta alguien!. Sigue la vida pero con las ausencias...
ResponderEliminarUn beso.