viernes, 5 de noviembre de 2010

Sacacuartos

Supo que algo no iba bien cuando vio que mientras que sus amigos se gastaban el dinero en juergas él lo hacía con ella; mientras los demás soñaban con coches potentes y las mujeres más hermosas del momento él lo hacía con limones y fresas. Su mujer comprendió que necesitaba tratamiento cuando él grabó aquel soniquete en un CD porque lo necesitaba para conciliar el sueño. El afirmaba no ser un enfermo porque no le dolía nada, y que aquello no lo hacía por dinero, sino por orgullo. No era posible que una máquina fuera más lista que él.

Miguel

8 comentarios:

  1. Después de bastante tiempo sin colgar ninguna historia por aquí, hoy vyelvo a dejaros otra historia escrita En 99 palabras.

    Espero que os guste

    Saludos

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  2. Hermoso relato de la enorme conexión que se produce entre el jugador y la maquinita, de la ilusión y la agonía que produce el juego, excelente :)

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  3. Excelente relato.
    Todo tiene su proceso, de momento la negación...
    Un abrazo

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  4. Es que por orgullo...
    Buen micro, Miguel.
    Un saludo.
    David.

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  5. Artistaligut conozco algún caso de gente que está complemtanete enganchado y realmente hay una unión casi indestructible entre ellos.

    Bicefalepena para poder salir de ese pozo hay que tener ayuda, muhca fuerza de voluntad, y sobre todo querer salir.

    David Figueroa muchas veces el orgullo es el que fastidia todo. En ocasiones deberíamos tragárnoslo.

    Saludos a los tres y mil gracias por vuestras opiniones.

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  6. El jugador sin saberlo es un drogadicto. Su adicción al juego no la produce tanto su desenfreno por ganar como la agonía que siente al perder, la cual produce ése opiáceo que segrega su cerebro,las endorfinas, y la otra droga que sueltan los riñones, la adrenalina; y así llega a crearse su adicción volviendo a buscar sentirse igual, y no porque razone que va a ganar.

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  7. Miguel ya lo había leído y está genialmente descrito el sentir de un jugador.
    Un biquiño

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  8. Carlos de la Parra perfecta descripción. Saludos

    Carmela se agradecen tus palabras. Otro biquiño viaja para ti.

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