Aquel día me armé de valor y le planté cara. La cogí por las solapas, la zarandeé y le canté las cuarenta.
- No me gustas. Estoy harto. ¡Eres mía y a partir de ahora harás lo que yo quiera!
Desde entonces mi vida y yo nos llevamos mucho mejor. Puede que acabemos siendo amigos.
Puck
...Acabo de zarandear a la mía :) me encantó Puck, veremos que pasa.
ResponderEliminarEso deberíamos hacer todos.
ResponderEliminarNos iría mucho mejor.
Muy buena entrada. Bicos.
¡JAJAJA! Sí, a veces necesitamos zarandear nuestra vida. :]
ResponderEliminar¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Qué bueno, me gustó esa visión de intentar cambiar la vida que uno lleva, porque está harta de ella, puede que sea verdad que uno sólo necesita zarandearla.
ResponderEliminarA veces los cambios son más positivos y están más cercanos de lo que creemos.
Un abrazo
Igual que a todos me gustó.
ResponderEliminarHay que lanzarse a vivir con lo mejor que tenemos.
Artistalight, espero que el movimiento le siente bien
ResponderEliminarCarmela, gracias
Héctor, sí, a veces es una necesidad vital :-)
Maite, claro, es una manera (que no la única) de provocar cambios
Carlos, a vivir!!!!
Saludillos vitales