jueves, 11 de noviembre de 2010

Del mar

No fue algo fortuito. Aún así, se sintieron sorprendidos cuando sucedió.
Pero él volvió. Los barcos saben de tantos regresos...
Han pasado los años y sus canas siguen enganchadas de sus ojos y de su luz.
Y es que de tanto mirar al cielo, el mar se enamoró de una estrella.
Su reflejo tiene la culpa de que todavía haya momentos en los que el marinero, cegado por la añoranza, solamente perciba sombras.

bicefalepena

4 comentarios:

  1. Qué bonito cuando la poesía decide derramarse, sobre un microrrelato. Es hermoso :)

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  2. Te hubiera dado un 20. . . asi que intentaré votar dos veces.

    AbrazO.

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  3. Encima de lo poético,has planteado algo científico con ésto de la atracción del mar a las estrellas.
    Se ha demostrado que todo en el planeta tiene vida propia.
    Incluso los órganos de un cuerpo la tienen. Como el hígado cuando participa en la digestión sabe cuando actuar. Y los experimentos de Hellen Keller para rehabilitar paralíticos en los cuales ella explicaba la existencia de una memoria muscular. Muy probable que hayas tenido una conciencia visionaria en ésto de captar una relación de las estrellas y el mar.

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  4. Que dulce y tierno.
    Precioso bice.
    Biquiños.

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