sábado, 6 de noviembre de 2010

Coto privado

Lo que más daño ha hecho a la caza no han sido los cotos, o la rígida normativa, ni siquiera los cazadores furtivos.
Fue lo de la mamá de Bambi.

4 comentarios:

  1. Ojalá y se les quite el gusto por ésta cruel práctica. Podrían filmarlos.

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  2. y cuánto lloré por culpa de esa costumbre furtiva.

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  3. No recuerdo haber llorado tanto en mi vida, creo que fue una de las primeras tragedias de mi existencia. Como siempre digo...pocas palabras que desencadenan miles de ideas, recuerdos y sentimientos.

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  4. No le haría daño, sino bien.
    Pero como que no es así. La caza por placer sigue ahí.
    Un biquiño.

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