...ya no me escuchas. Te brillan demasiado los ojos. Pero ¡mírame!. Lo has vuelto a hacer. Te conozco y sé que ya no me quieres tanto como antes. No te vayas así. No me dejes sin más. Y no apagues la luz....
- ¿Quién estaba en el servicio, Narciso?
- Nada, cosas mías... ¿Por dónde ibamos, cariño?
bicefalepena
Lo leí y lo releí :) Y pude ver al Narciso mirándose en el reflejo del agua, enámorandose para siempre de sí mismo...Hermoso:)
ResponderEliminarMe gusta mucho, pobre Narciso el que se queda solo y a oscuras.
ResponderEliminarUn saludo.
David.
Hermoso relato acerca de Narciso luchando con su proverbial autoestima.
ResponderEliminarExisten narcisismos que no son negativos, sino muy por el contrario. Conducen a una persona a ser su propio observador y conductor de sus hechos hacia la excelencia. He conocido personas en el polo opuesto, a quienes les vendría bien convertirse en su propio mejor amigo.
Opino como Carlos, pero el narcisismo pasa las barreras del quererse al amarse en demasía no?.
ResponderEliminarUn biquiño y buen relato.
Bueniiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo.
ResponderEliminarFelicidades