martes, 26 de octubre de 2010

Todo pasa

...ya no me escuchas. Te brillan demasiado los ojos. Pero ¡mírame!. Lo has vuelto a hacer. Te conozco y sé que ya no me quieres tanto como antes. No te vayas así. No me dejes sin más. Y no apagues la luz....

- ¿Quién estaba en el servicio, Narciso?
- Nada, cosas mías... ¿Por dónde ibamos, cariño?

bicefalepena

5 comentarios:

  1. Lo leí y lo releí :) Y pude ver al Narciso mirándose en el reflejo del agua, enámorandose para siempre de sí mismo...Hermoso:)

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mucho, pobre Narciso el que se queda solo y a oscuras.
    Un saludo.
    David.

    ResponderEliminar
  3. Hermoso relato acerca de Narciso luchando con su proverbial autoestima.
    Existen narcisismos que no son negativos, sino muy por el contrario. Conducen a una persona a ser su propio observador y conductor de sus hechos hacia la excelencia. He conocido personas en el polo opuesto, a quienes les vendría bien convertirse en su propio mejor amigo.

    ResponderEliminar
  4. Opino como Carlos, pero el narcisismo pasa las barreras del quererse al amarse en demasía no?.
    Un biquiño y buen relato.

    ResponderEliminar
  5. Bueniiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo.
    Felicidades

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.