viernes, 1 de octubre de 2010

La otra cara del Prêt-à-porter

Sobre una idea original de Víctor

Las persianas bajaban a las nueve de la noche, ocultando el interior de las curiosas miradas callejeras. Entonces, cuando se quedaba sola en la tienda tras una interminable jornada laboral, se desvestía -falda, blusa, zapatos y bolso prestados- y se enfundaba en el uniforme de supervisora, paseándose por los vestidores, revisando planillas, controlando escaparates aquí y allá, soñando con una vida real, en libertad. Al amanecer, radiante de alegría, volvía a vestirse con la ropa que se había sacado y se ubicaba en la vidriera, adoptando la rígida postura forzada de cada día, esperando que las persianas volvieran a subir.
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Claudia Sánchez

5 comentarios:

  1. Me recuerda a la película "Maniqui", fascinante y misteriosos estos muñecos. Me ha gustado mucho este micro. Listo para llevar! Un cordial abrazo

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  2. Te copio: 'soñando con una vida real, en libertad'
    Estamos de acuerdo, si no se vive en libertad no se vive realmente.
    Saludos

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  3. Miedo me dan se siempre los maniquíes, y no me preguntes porqué... quizás esa mirada ausente, fría, vacía...
    Un biquiño y buen post.

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  4. Muy bueno Claudia, atravesando los límites y dando vida a los seres inanimados. Un abrazo.

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  5. Es que hay muchas formas de vivir :) Muy buen escrito Claudia

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