viernes, 22 de octubre de 2010

Arrepentimiento

Después de una vida llena de riquezas y poder, notando ya los primeros quemazones, desde su lecho de muerte se lamentó de haber negociado con aquel pequeño hombre de rostro rojizo y extraña sonrisa.

11 comentarios:

  1. Diabólico estimado Torcuato.
    Yo no quiero tratos con ese personaje. ¡Cruz, cruz!

    Un abrazo.

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  2. Estos tratos ante el espejo... al final terminan en arrepentimiento.
    Pero solo al final, por lo de lo inesperado...
    Un abrazo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Eso no vale. Arrepentirse justo al final... Es como querer irse sin pagar de un lupanar.

    Besos satánicos.

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  5. Como soy media tonta..acabo de caer en cuenta de quien es aquel pequeño hombre... Un abrazo :)

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  6. Muy bien Torcuato! Muy sutil. Me gustó!
    Saludos!

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  7. Buen micro en el que dejas una pequeña rendija donde el lector observa la escena. Un abrazo.

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  8. Muy bien establecido que todos los que logran poderes y riquezas por medios malignos no lograron disfrutarlos plenamente en vida.
    El auténtico triunfo en la mente es la paz y el equilibrio de lo que uno es internamente y no del medio ambiente de apariencias que a muchos engaña hasta llevarlos a venderse al mal, aunque el diablo como tal no exista, lo simboliza.
    Ojalá muchos perciban ésta lección y den los pasos correctos.
    Un abrazo.

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